jueves, 21 de noviembre de 2013

Mi identidad digital ¿Limpia, brilla y da esplendor?

En nuestro paso por el mundo digital dejamos huellas. Pero no huellas que se pueda llevar el viento, sino huellas que perduran y se multiplican hasta el infinito. En primer lugar, nuestra pisada, es decir, todo lo que hacemos, decimos o compartimos queda expuesto en una fina y sensible red. En segundo lugar, aquellos que ven nuestra huella marcada en la red, la comentan, comparten y completan, de modo que nuestra huella inicial se multiplica y expande en el espacio y el tiempo y apenas percibimos nuestra huella inicial.
Las múltiples huellas no paran de crecer, reproducirse y fosilizarse.
Yo me pregunto ¿podremos algún día decidir por nosotros mismos el control de nuestras huellas para que nadie se apropie de ellas y pueda ejercer control alguno sobre nuestras pisadas?

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